Llevar puesta una shungit opera en nosotros de una manera instantanea para «reencontrar el norte«, nos ayuda a estabilizar en la parte mental, emotiva y espiritual.
Es una piedra inteligente que sabe adaptarse, según las necesidades de la persona que la utiliza. Es suficiente aplicar el mineral en la zona afectada para que el proceso de curación pueda ponerse en marcha.
La shungit amplifica el pensamiento y la energía de este cuando se dirige con fines de ayudar a los demás.
Todo el mundo puede llevar la shungit. A nivel espiritual encuentra su pleno potencial cuando la utilizamos como colgante y la llevamos en la región del timo. Su lado «escudo» se amplifica y nuestro campo biomagnético se refuerza, siendo así casi imposible que otros violen nuestro espacio vital.
Esta piedra trasmite felicidad, nos brinda seguridad y calma. Además, posee un efecto para luchar contra el estrés, y para ayudarnos a guardar lucidez en nuestras crisis de angustia.
La shungit activa con fuerza la glandula pineal.
Gracias a su energia que contiene los siete colores del arco iris, recarga sin problema, los cuerpos sutiles asi como los chakras principales.
Nos ayuda a a alinear nuestra concentración y el discernimiento mas rápidamente.
La shungit es sensible a las palabras de poder. Podemos, en efecto poner nuestras intención con el objetivo de un cambio, de una transformación personal.